Cromo, una serie federal
Creada por Lucía y Nicolás Puenzo, este thriller sobre la investigación de la muerte de una científica, que se estrenará mañana en la TV Pública, fue grabado en escenarios naturales de todo el país
Hay un misterio alrededor del cual gira toda la trama de Cromo, la serie que arranca mañana a las 22.30, por la TV Pública: la muerte de una bióloga ( Emilia Attias ), catalogada primero como accidental y transformada después en el centro de una intriga policial y amorosa plagada de suspicacias y condimentada con apuntes sobre un tema de indudable actualidad, la ecología.
Dos científicos que forjaron una fuerte amistad trabajando juntos durante años ( Guillermo Pfenning y Germán Palacios ) enfrentan juntos la resolución de ese crimen, pero lo hacen en un momento de su relación que no es precisamente el mejor. Ganadora del concurso Prime Time 2015 de Fomento TDA, organizado por el Ministerio de Planificación Federal, la serie de 12 capítulos, dirigida por Lucía Puenzo , su hermano Nicolás -ambos hijos de Luis, el director de la ganadora del Oscar La historia oficial- y Pablo Fendrik (director de El asaltante, La sangre brota y El ardor) viene de participar en la nueva sección Series Prime Time del Festival de Cine de Toronto. Fue la única representante de América latina (había también dos estadounidenses, una francesa y una islandesa) y causó muy buena impresión, a juzgar por algunos comentarios entusiastas de la prensa especializada: "Una nueva y avanzada manera de producir. Cromo es de un enorme interés", publicó Variety.
También fueron elogiosos los artículos del Screen Daily International y The Hollywood Reporter. Para Lucía Puenzo, la directora de XXY y Wakolda, dos películas de buen recorrido internacional, una de las características más importantes de esta ambiciosa ficción, filmada en varios escenarios naturales de la Argentina y de deliberado look cinematográfico, es "su claro objetivo de correrse del costumbrismo y de evitar el riesgo del pintoresquismo". Los imponentes lugares donde se rodó (el glaciar Perito Moreno, la base Marambio en la Antártida, El Calafate y los esteros correntinos, por ejemplo) son una tentación para cualquier director desprevenido, así que el desafío fue no desaprovechar ese entorno, pero intentando eludir el gesto esteticista. "La serie se va armando como un rompecabezas, se va fragmentando lo que pasó -cuenta Nicolás, responsable de la cuidada fotografía de Wakolda-. Son los propios protagonistas, los dos científicos, los que van ensamblando las piezas para que la historia se vaya desarrollando."
-¿Cómo se repartieron el trabajo de dirección?
Nicolás Puenzo: -En el formato serie es algo muy habitual que dirijan varios. El volumen de laburo era muy grande y la cantidad de material que había que filmar en un tiempo relativamente corto, también. La única manera de resolverlo era agruparse, formar un equipo.
Fendrik: -A mí me engatusó Lucía diciéndome que yo iba a viajar a la Antártida (risas). Hablando en serio, cualquiera que consuma series sabe que las dirigen entre varios profesionales. Es la mejor forma de abordar proyectos de este volumen. La división de tareas fue en principio por región. La idea era que cada uno filmara en una región determinada. Pero eso se fue modificando por necesidades de la logística de producción. Lucía y Nicolás estaban en El Calafate y yo en Bariloche cuando exploto el volcán en Chile, así que tuvimos que cambiar planes de inmediato. A partir de ahí, lo que iba a estar dividido por zonas se trastocó: todos hacíamos todo, sobre la base de la conveniencia de cada semana de rodaje. Salvo en Corrientes, donde yo no estuve, nos fuimos repartiendo el trabajo de acuerdo con las necesidades. Y casi siempre había dos de nosotros en el rodaje.
Lucía Puenzo: -Eso aceleró el proceso. Trabajamos mucho para hacerlo en los tiempos estipulados. Nicolás ya trabajó antes conmigo, y con Pablo somos muy amigos, así que eso facilitó las cosas. Nos entendimos muy bien, no hubo ni un solo roce en seis meses de trabajo. Y eso que fue un proceso muy apasionado... Creo que vamos a seguir trabajando con este equipo.
-¿Qué les falta a las series argentinas para estar al nivel de las más famosas del mundo, las que produce la industria estadounidense?
Fendrik: -Acá no existe la figura del showrunner [N. de la R.: se denomina así al encargado de mantener la coherencia en la línea general de un programa, alguien que tiene el mapa completo en la cabeza; aparece, por lo general, acreditado como "productor ejecutivo"]. Ésa es la cabeza superior, central, es quien tiene la idea madre del proyecto, el concepto. Todos los demás operan sobre la base de esa idea madre. Por eso laburan muchos directores y una serie mantiene igual un estilo. Cromo replicó, a su manera, ese modelo: Lucía y Nicolás serían los showrunners de esta serie. Cuando aparezca más esa figura en la TV argentina, vamos a dar un salto de calidad.
Lucía Puenzo: -Creo que ya están empezando a aparecer series argentinas muy buenas, distintas. Es el caso de Historia de un clan, de Luis Ortega, y La casa, de Diego Lerman. Y ocurre gracias a los premios que está otorgando el Estado. No te exigen que tengas un canal que asegure programarlo y te evitan la bajada de línea que cualquier canal comercial te hace si te produce una serie, siempre en función del rating. Normalmente, te piden que trabajes con determinado elenco o que cambies los libros mientras estás al aire, una locura. Eso por suerte no existe en los casos de estos premios. Nosotros trabajamos doce semanas con una gran tranquilidad. Nos dimos el gusto de elegir los actores que queríamos, buena parte de ellos de la escena del teatro independiente. No hicimos casting. Convocamos a Julián Krakov, un actor amigo que también es parte del elenco de la serie, para que nos ayude a pensar y llamamos directamente a los que elegimos. Y no vamos a tener la presión del rating. Estamos muy contentos de que la serie se estrene en la TV Pública, porque la filmamos en cinco provincias, con técnicos de todo el país. Y ya sabemos que vamos a estar en un buen horario hasta fin de año, pase lo que pase con la audiencia. Para mí, trabajar en estas condiciones redunda en mayor calidad.
Fendrik: -El rating tiene muy poca vida como concepto, además. Está desapareciendo. Con las chances de ver televisión on demand y en Internet, ves lo que querés cuando tenés ganas.
Nicolás Puenzo: -Si hay algo que Cromo tiene de cinematográfico es el espíritu con el que se trabajó, la garra que le pusimos. Es un apoyo importante el que tuvimos, y para valorarlo hay que tratar de honrarlo. La serie luce como una producción americana, en términos técnicos. Se nota que es algo muy bien hecho. Y eso se logra haciendo el esfuerzo que se hace habitualmente en el cine. Nosotros nos movimos mucho para conseguir canjes con marcas de autos, hoteles y secretarías de Turismo de las provincias, por ejemplo. Eso nos permitió aprovechar el presupuesto a full. En la televisión argentina, parecería que todo depende de una estructura de negocios, y eso propicia que la gente trabaje a reglamento. Con ese modelo es complicado llegar a buenos resultados. Y sobre el tema rating: en los Estados Unidos, una serie no mide más que un programa de noticias de la Fox. Si nosotros hacemos tres o cuatro puntos en la TV Pública y un programa de entretenimiento de la TV comercial hace quince, no es muy distinto a lo que debe pasarle a True Detective respecto de un programa tradicional de la CBS.
La exportación, en la agenda
Uno de los objetivos de los responsables de Cromo es la exportación de la serie, una expectativa que creció a partir de la buena respuesta que logró la exhibición de algunos capítulos en el último Festival de Toronto. Con True Detective y Twin Peaks como visibles referentes, Lucía Puenzo trabajó al detalle el guión, en colaboración con su pareja, el escritor Sergio Bizzio, y Leonel D'Agostino, también guionista del film dirigido y protagonizado por Víctor Laplace Puerta de Hierro, el exilio de Perón. Los asesoró un grupo de investigadores del Conicet. "Estamos trabajando con gente que comercializa internacionalmente cine independiente y ellos dicen que la serie se va a vender afuera", asegura Lucía. "Es clave que se mantengan los concursos como el que nos permitió hacer Cromo -sostiene Nicolás-. En la Argentina podemos crear mucho valor agregado a cada producción. Algo parecido a lo que pasa en la industria del software."
Fuente: www.lanacion.com.ar
Hay un misterio alrededor del cual gira toda la trama de Cromo, la serie que arranca mañana a las 22.30, por la TV Pública: la muerte de una bióloga ( Emilia Attias ), catalogada primero como accidental y transformada después en el centro de una intriga policial y amorosa plagada de suspicacias y condimentada con apuntes sobre un tema de indudable actualidad, la ecología.
Dos científicos que forjaron una fuerte amistad trabajando juntos durante años ( Guillermo Pfenning y Germán Palacios ) enfrentan juntos la resolución de ese crimen, pero lo hacen en un momento de su relación que no es precisamente el mejor. Ganadora del concurso Prime Time 2015 de Fomento TDA, organizado por el Ministerio de Planificación Federal, la serie de 12 capítulos, dirigida por Lucía Puenzo , su hermano Nicolás -ambos hijos de Luis, el director de la ganadora del Oscar La historia oficial- y Pablo Fendrik (director de El asaltante, La sangre brota y El ardor) viene de participar en la nueva sección Series Prime Time del Festival de Cine de Toronto. Fue la única representante de América latina (había también dos estadounidenses, una francesa y una islandesa) y causó muy buena impresión, a juzgar por algunos comentarios entusiastas de la prensa especializada: "Una nueva y avanzada manera de producir. Cromo es de un enorme interés", publicó Variety.
También fueron elogiosos los artículos del Screen Daily International y The Hollywood Reporter. Para Lucía Puenzo, la directora de XXY y Wakolda, dos películas de buen recorrido internacional, una de las características más importantes de esta ambiciosa ficción, filmada en varios escenarios naturales de la Argentina y de deliberado look cinematográfico, es "su claro objetivo de correrse del costumbrismo y de evitar el riesgo del pintoresquismo". Los imponentes lugares donde se rodó (el glaciar Perito Moreno, la base Marambio en la Antártida, El Calafate y los esteros correntinos, por ejemplo) son una tentación para cualquier director desprevenido, así que el desafío fue no desaprovechar ese entorno, pero intentando eludir el gesto esteticista. "La serie se va armando como un rompecabezas, se va fragmentando lo que pasó -cuenta Nicolás, responsable de la cuidada fotografía de Wakolda-. Son los propios protagonistas, los dos científicos, los que van ensamblando las piezas para que la historia se vaya desarrollando."
-¿Cómo se repartieron el trabajo de dirección?
Nicolás Puenzo: -En el formato serie es algo muy habitual que dirijan varios. El volumen de laburo era muy grande y la cantidad de material que había que filmar en un tiempo relativamente corto, también. La única manera de resolverlo era agruparse, formar un equipo.
Fendrik: -A mí me engatusó Lucía diciéndome que yo iba a viajar a la Antártida (risas). Hablando en serio, cualquiera que consuma series sabe que las dirigen entre varios profesionales. Es la mejor forma de abordar proyectos de este volumen. La división de tareas fue en principio por región. La idea era que cada uno filmara en una región determinada. Pero eso se fue modificando por necesidades de la logística de producción. Lucía y Nicolás estaban en El Calafate y yo en Bariloche cuando exploto el volcán en Chile, así que tuvimos que cambiar planes de inmediato. A partir de ahí, lo que iba a estar dividido por zonas se trastocó: todos hacíamos todo, sobre la base de la conveniencia de cada semana de rodaje. Salvo en Corrientes, donde yo no estuve, nos fuimos repartiendo el trabajo de acuerdo con las necesidades. Y casi siempre había dos de nosotros en el rodaje.
Lucía Puenzo: -Eso aceleró el proceso. Trabajamos mucho para hacerlo en los tiempos estipulados. Nicolás ya trabajó antes conmigo, y con Pablo somos muy amigos, así que eso facilitó las cosas. Nos entendimos muy bien, no hubo ni un solo roce en seis meses de trabajo. Y eso que fue un proceso muy apasionado... Creo que vamos a seguir trabajando con este equipo.
-¿Qué les falta a las series argentinas para estar al nivel de las más famosas del mundo, las que produce la industria estadounidense?
Fendrik: -Acá no existe la figura del showrunner [N. de la R.: se denomina así al encargado de mantener la coherencia en la línea general de un programa, alguien que tiene el mapa completo en la cabeza; aparece, por lo general, acreditado como "productor ejecutivo"]. Ésa es la cabeza superior, central, es quien tiene la idea madre del proyecto, el concepto. Todos los demás operan sobre la base de esa idea madre. Por eso laburan muchos directores y una serie mantiene igual un estilo. Cromo replicó, a su manera, ese modelo: Lucía y Nicolás serían los showrunners de esta serie. Cuando aparezca más esa figura en la TV argentina, vamos a dar un salto de calidad.
Lucía Puenzo: -Creo que ya están empezando a aparecer series argentinas muy buenas, distintas. Es el caso de Historia de un clan, de Luis Ortega, y La casa, de Diego Lerman. Y ocurre gracias a los premios que está otorgando el Estado. No te exigen que tengas un canal que asegure programarlo y te evitan la bajada de línea que cualquier canal comercial te hace si te produce una serie, siempre en función del rating. Normalmente, te piden que trabajes con determinado elenco o que cambies los libros mientras estás al aire, una locura. Eso por suerte no existe en los casos de estos premios. Nosotros trabajamos doce semanas con una gran tranquilidad. Nos dimos el gusto de elegir los actores que queríamos, buena parte de ellos de la escena del teatro independiente. No hicimos casting. Convocamos a Julián Krakov, un actor amigo que también es parte del elenco de la serie, para que nos ayude a pensar y llamamos directamente a los que elegimos. Y no vamos a tener la presión del rating. Estamos muy contentos de que la serie se estrene en la TV Pública, porque la filmamos en cinco provincias, con técnicos de todo el país. Y ya sabemos que vamos a estar en un buen horario hasta fin de año, pase lo que pase con la audiencia. Para mí, trabajar en estas condiciones redunda en mayor calidad.
Fendrik: -El rating tiene muy poca vida como concepto, además. Está desapareciendo. Con las chances de ver televisión on demand y en Internet, ves lo que querés cuando tenés ganas.
Nicolás Puenzo: -Si hay algo que Cromo tiene de cinematográfico es el espíritu con el que se trabajó, la garra que le pusimos. Es un apoyo importante el que tuvimos, y para valorarlo hay que tratar de honrarlo. La serie luce como una producción americana, en términos técnicos. Se nota que es algo muy bien hecho. Y eso se logra haciendo el esfuerzo que se hace habitualmente en el cine. Nosotros nos movimos mucho para conseguir canjes con marcas de autos, hoteles y secretarías de Turismo de las provincias, por ejemplo. Eso nos permitió aprovechar el presupuesto a full. En la televisión argentina, parecería que todo depende de una estructura de negocios, y eso propicia que la gente trabaje a reglamento. Con ese modelo es complicado llegar a buenos resultados. Y sobre el tema rating: en los Estados Unidos, una serie no mide más que un programa de noticias de la Fox. Si nosotros hacemos tres o cuatro puntos en la TV Pública y un programa de entretenimiento de la TV comercial hace quince, no es muy distinto a lo que debe pasarle a True Detective respecto de un programa tradicional de la CBS.
La exportación, en la agenda
Uno de los objetivos de los responsables de Cromo es la exportación de la serie, una expectativa que creció a partir de la buena respuesta que logró la exhibición de algunos capítulos en el último Festival de Toronto. Con True Detective y Twin Peaks como visibles referentes, Lucía Puenzo trabajó al detalle el guión, en colaboración con su pareja, el escritor Sergio Bizzio, y Leonel D'Agostino, también guionista del film dirigido y protagonizado por Víctor Laplace Puerta de Hierro, el exilio de Perón. Los asesoró un grupo de investigadores del Conicet. "Estamos trabajando con gente que comercializa internacionalmente cine independiente y ellos dicen que la serie se va a vender afuera", asegura Lucía. "Es clave que se mantengan los concursos como el que nos permitió hacer Cromo -sostiene Nicolás-. En la Argentina podemos crear mucho valor agregado a cada producción. Algo parecido a lo que pasa en la industria del software."
Fuente: www.lanacion.com.ar
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