Emilia Attias, un ángel que ahora se anima a volar solo
Rebelde. La actriz y conductora admite que a los 14 años poseía una soberbia fatal, aunque destaca el carácter comprensivo de su padre militar, con quien reconoce que hubiera sido difícil vivir.
El martes a las 18.30, cuando El Trece estrene Re-creo en vos, muchos ojos mirarán la pantalla del televisor. Algunos de ellos, en verdad, no estarán tan interesados en saber si el programa de entretenimientos para el público adolescente que conduce Emilia Attias es bueno o malo, sino si es parecido o no a su predecesor, Jugate conmigo, que condujo Cris Morena desde 1991 hasta 1995. Se entiende: el fallo de cámara que reconoce que Niní es plagio de Floricienta es demasiado reciente. Y no sólo eso, sino que hay una serie de paralelismos. Niní está protagonizado por Florencia Bertotti, que se afianzó ante el público infantojuvenil de la mano de Cris Morena, se independizó y en su primer paso por su cuenta sufrió el revés judicial.
Emilia Attias se afianzó ante el público infantojuvenil de la mano de Cris Morena con Casi ángeles, se independizó hace pocos meses y ahora enfrenta su primer paso por su cuenta. Otra similitud de situaciones: Niní estaba producida por Endemol, que originalmente coproducía Re-creo... junto a Mandarina, pero en las últimas horas el equipo de Martín Kweller prefirió dar un paso al costado: sólo asiste en producción pero formalmente ya no es el socio.
Los ojos, entonces, recaen en Emilia Attias.
—¿Cómo se tomó Cris Morena tu decisión de abrirte de “Casi ángeles”?
—Muy bien. Yo con ella viví cosas increíbles: el programa, las giras, el público. Siempre estuvimos muy contenidos. Siempre le voy a estar agradecida por la oportunidad maravillosa que me dio, por haberme permitido crecer, por darme espacio para aprender. Ella entendió perfecto mi necesidad de decir otra cosa.
—¿Qué sentiste cuando te enteraste de que otra persona que creció con Cris Morena y se alejó en buenos términos, como Florencia Bertotti, debió afrontar un juicio por plagio?
—No seguí mucho el caso. No lo entendí mucho. Me pareció raro. Nunca ví Niní.
—Se habla de que “Re-creo...” tiene similitudes con “Jugate conmigo”, otro producto de Cris Morena. De hecho, se habla de otro posible juicio por plagio...
—No tiene nada que ver. Para empezar, Re-creo... tiene muchísimos elementos que no estaban en Jugate...: el reality, las misiones solidarias, los musicales. Luego, los juegos, si bien son físicos, no tienen nada que ver. Jugate conmigo es un programa que se hizo hace quince años, acorde a esa época, y Re-creo... es del presente, con formato propio y relacionado con el presente y la tecnología de la que disponemos. No todos los programas de juegos con adolescentes son iguales. Y éste no es igual a Jugate...
—¿Cómo va a ser exactamente el programa?
—Básicamente, es de juegos, con una tribuna de sesenta adolescentes. Va a haber juegos con barro, con pintura, con tortas. El premio más groso es un auto. Entre cada juego se van a ir presentando tapes donde vamos a ir mostrando las cosas que van a ir pasando en un reality, que transcurre en un hotel restaurante que está atendido por los doce chicos que me acompañan: seis chicos y seis chicas que son muy lindos, cantan y bailan bárbaro, por lo que harán muchos musicales. Nosotros vamos a poder ver la sucesión de ellos en sus tareas: atender el bar, limpiar, preparar las habitaciones. Vamos a mostrar cómo se llevan entre ellos y con los clientes. También vamos a hacer un montón de cosas, como acciones solidarias y algunos shows sorpresa que vamos a dar por todo el país.
—¿Cómo te llevás con los adolescentes?
—Muy bien. Es una etapa muy linda, que disfruté mucho. Me gustan las cosas que les pasan a los adolescentes. Es un momento en el cual están despiertos todos los sentidos: rebelándose, conociéndose, buscando referentes. Es una etapa muy linda, me encanta. Tener la posibilidad de trabajar para los adolescentes es una chance que no debemos dejar pasar nunca, porque es una energía muy positiva.
—Hablabas de rebeldías y referentes. ¿Cómo fue eso en tu vida?
—Siempre fui muy rebelde, pero no una rebelde inconsciente. Era de ir contra la corriente. Yo me rebelaba mucho, pero no como esa gente que se rebela mal. Yo me rebelaba bien.
—¿A qué te referís?
—A hacer mi vida. Desde los 14 años que mi vieja no me puede controlar. No iba al colegio, iba cuando quería o salía cuando se me ocurría, pero nunca me llevé una materia. Hacía mi vida y era muy difícil controlarme. Tenía un impulso muy grande por conocer mi identidad. Desde un lugar sano, me parece una búsqueda buena. Mi adolescencia fue muy linda porque tuve una familia muy linda. Mi mamá me daba mucha libertad, pero a la vez mucha contención. Obviamente, me peleaba muchas veces con ella, pero ella estudió Psicología aunque no se recibió y entendía por lo que yo estaba pasando. Yo trabajaba de modelo desde los 13, 14 años, y era súper responsable. Había aprendido a manejarme en la vida muy rápido, y mi vieja lo entendía. Nadie me podía decir nada.
—¿Eras soberbia?
—No... (piensa, se ríe). Me parece que en algunas cosas sí. Sí, la verdad que a los 14 años era fatal, insoportable. A los 17 años bajé un cambio. Desaparecía de mi casa, aunque aparecía de vez en cuando. Necesitaba rebelarme, expresarme. Nunca tuve un referente muy claro. Yo respetaba todo lo que me decían, pero mantenía lo que yo pensaba.
—Decías que fuiste muy libre en la adolescencia. ¿Cómo influía en eso tener un padre militar?
—Me crié con mi mamá. Ellos se separaron cuando yo tenía seis años, y al toque él se retiró del Ejército. Mi papá es un tipo... (piensa) No es corto, tiene la cabeza muy abierta. Te digo más: en la adolescencia me llevaba mejor con él que con mi mamá. Hoy en día con mi mamá me llevo bárbaro. En la adolescencia tenía muchos más conflictos con ella que con él, porque papá entendía todo lo que yo necesitaba hacer, experimentar, conocer, expresar. Es un tipo muy culto, muy espiritual. Lo más heavy hubiese sido vivir con él cuando yo era más chica, porque él es un tipo muy disciplinado, autoritario con el orden y los horarios. Hubiese sido muy difícil someterme a su rigidez.
—¿Decidiste casarte porque pensás formar una familia en el corto plazo?
—No nos casamos por algo en particular. En un momento de la relación, imaginamos que casarnos era lo más lindo. Sentimos mucho amor y queríamos materializar que había un futuro planificado.
Attias reconoce que siempre deseó ser madre joven, pero señala que de la productora Mandarina le pidieron que no quedara embarazada al menos durante el primer año de Re-creo en vos.
Un productor junto a ella aclara:
—Lo ideal en verdad serían tres años sin embarazo.
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Igual a Jessica Rabbit
Emilia Attias tiene flamantes 23 años. Es justificable, entonces, que cuando PERFIL le pregunta si vio la película ¿Quién engañó a Roger Rabbit? –de 1988, cuando ella tenía apenas un año– la respuesta sea negativa. Igual, curiosa, pregunta de qué trata. Le explicamos, entonces, que el film producido por Steven Spielberg y dirigido por Robert Zemeckis mezcla animación y actores reales, y cuenta, entre otras cosas, la historia de una mujer-dibujo hermosa –Jessica Rabbit– que está casada con el conejo del título. Deseada por todos, hace que el resto de los personajes se pregunten qué le vio semejante beldad a un conejo que se dedica al humor. Sobre el final, Jessica explica lo obvio: la hace reír. Emilia sonríe, no sólo por la historia sino porque intuye la pregunta que se viene.
—Dado el ejemplo, ¿el Turco Naim te hace reír?
—Por supuesto que me hace reír.
—¿Lo elegiste por eso?
—No sólo porque me haga reír (lanza una carcajada). Fue algo inevitable desde el principio, desde que nos conocimos. Hace cinco años que estamos en pareja, hace tres que convivimos y hace tres meses que nos casamos. Hay compañerismo, mucho amor, una manera parecida de ver la vida. Nos ayudamos, los dos trabajamos en el medio, nos entendemos, no nos presionamos. Nos acompañamos mucho, hablamos de todo lo que nos pasa y sabemos que cada tanto tenemos que estar aislados de los demás para no contaminarnos.
—¿Cuánto es el peso de tener por primera vez un programa propio?
—Siento mucho respaldo de la producción. Una no se puede meter si no te abren las puertas, y a mí me abrieron las puertas. Eso me da seguridad. No pienso mucho antes del programa.
—¿Se te ponen las rastas de punta?
—¡Totalmente! (risas). Trato de no pensar, pero eso no significa que sea una inconsciente. Soy consciente, soy responsable. Prefiero no sobrecargarme a lo que ya me cargo por mi personalidad, porque no quiero perder frescura. Me gusta la vida así.
Fuente: diariopanorama.com
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