Lo que se viene: Emilia Attias y Guillermo Pfening revelan todo sobre "Dolores"

En la segunda ficción de Juan Dickinson (Destino anunciado, 2013), Dolores (2016), Emilia Attias compone a una mujer que regresa al país para hacerse cargo de su sobrino y la hacienda en la que su hermana y su marido (Guillermo Pfening) vivían. La película, enmarcada en los albores del peronismo, posee una cuidada reconstrucción de época y un registro actoral ajustado para dar con el rol de la gente de ese entonces y también para enmarcar la historia de amor que surge entre los “cuñados”. Para conocer más de cómo se logró ese detalle y otros pormenores del rodaje EscribiendoCine dialogó con ambos protagonistas días antes del estreno del film.



Emilia, es un rol diferente a los que venías haciendo, ¿fue difícil meterte en la piel de Dolores?

Fue un trabajo bastante motivador, porque es un rol que me atrapó, además sabiendo que viene de una historia familiar del director, sabía que tenía cosas para sacar de ahí, es la primera historia verídica que hago. Me sumergí mucho en la historia real, en la de Dolores, que no tenía ese nombre. Al comienzo no sabía que era una historia familiar, pero me gustó que fuese algo de época, me encanta la historia, me gustaba el momento en el que se desarrollaba, el umbral del peronismo, la mística que contaba, más allá de lo que socialmente difícil era para todo, la mística del romanticismo para la historia sumaba. También me gustó que fueran extranjeros, yo soy descendiente de extranjeros y sé cómo ellos tenían la cabeza más afuera que acá, algunos ni siquiera sabían el idioma, las generaciones posteriores quizás si lo hicieron, todos esos elementos para contar y una historia de amor bien especificada, el rol que tengo, muy valioso, una mujer muy fuerte y valiente, genuina y no impostada, interpretar esas mujeres fuertes, que siempre existieron, porque es mentira que antes no las hubo, y darle voz y cuerpo a una de ellas es siempre muy jugoso e inspirador para hacer.


¿Buscaste algún rol icónico para interpretarla?

Me inspiré en mi bisabuela, era inevitable no pensar en ella cuando el director me pedía cosas y también por el código de época, relacionado a la manera de hablar y la postura. Viví 15 años con ella y tengo muy presente cómo hablaba y su manera de ser y por eso la evoque para el rol en esa mujer que conocí de esa época. Esa es una parte, al contrario de personajes más desenfadados que he hecho.

¿Te costó justamente hacer algo más contenido?

No, para nada, es un lugar común para mí, que me gusta, y además no hay siempre posibilidades de hacer cosas de épocas, en los que tenés que apoyarte en ciertas conductas, por eso borré todos los registros desde la máscara, sin tener que buscar afuera, todos los referentes los tenía en el papel y la principal referencia fue mi abuela. Si tenía alguna duda, además, consultaba con el director sobre el personaje real.

Guillermo ¿y en tu caso?

Trabajamos mucho, pero hay algo que te pone ya en situación desde la vestimenta, me pasa en teatro, una vez que me pongo el vestuario, más si es de época, da eso. Con el director ensayamos mucho y veíamos las tonalidades, porque está en un momento muy complicado, alcohólico, depresivo, y había que pensarlo no desde la euforia, sino desde el dolor y ver cómo eso se representaba, como enfrentaba, vimos varias cosas.

¿Fue muy meticuloso el director?

Sí, pero a la vez muy tranquilo, tengo la sensación que sólo dos veces vino para decirme algo y es muy agradable para trabajar, no grita, en principio, que es mucho, que un director de cine no grite se agradece.

De tu experiencia como director, ¿qué te sirvió? ¿sos más vehemente ahora con los directores?

Yo era consciente de lo complejo del cine y lo mágico que sucede en él, pero cuando atravesé todo el proceso, hacerla, editarla, comercializarla, no fue que la necesitara para saber todo, la experiencia me sirvió más para vivirla en el cuerpo.

¿Qué es lo que te sigue atrapando de la tele, y qué del cine?

El día a día de la tele puede ser muy agotador, psicótico y esquizofrénico pero te da todos los días revancha, me gusta trabajar en tele, vengo de hacer Supermax con Daniel Burman, y me divierte, me interesaría hacer algo con el humor.

Vuelven a trabajar con Emilia luego de Cromo (2015)…

Sí, pero ahí no compartimos ninguna escena, sí el proyecto, y quería conocerla desde este lado, me parece muy interesante y creo que tiene mucho para dar y ofrecer.

¿Por qué la gente tiene que ver Dolores?

Emilia Attias: Los espectadores cuando eligen ver algo en el cine quiere escaparse de la vida durante dos horas, y creo que este es un viaje, muy logrado desde lo visual y los detalles, de la época recreada, y los códigos narrativos que tiene. Es una gran historia de amor, muy romántica y dura, es la historia verídica de una amor valioso, fuerte con una muy lograda reconstrucción de época.

Guillermo Pfening: Quiero que la vayan a ver todos los públicos, es difícil decir por dónde, pero me gustaría que se enganchen con las emocionalidades, que es más interesante lo que no se dice que lo que se dice, es una película muy apacible de ver, armónica, elegante.

por Rolando Gallego

Fuente: http://www.escribiendocine.com

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