“El espejo” favorito de Emilia Attias
La modelo asegura que vive su mejor momento y que se siente plena con la familia que formó junto con el Turco Naim. Y compartió una nota y producción exclusiva con Para Ti con su hija Gina. “La vi y sentí que tenía un espejo gigante” , nos confesó.
Comenzó su carrera en los medios como modelo. Emilia Attias (32) es actriz, madre, esposa, actual conductora del programa “Resto del mundo” que se emite por El Trece y, como si todo eso fuera poco, desde hace unos años dedica gran parte de su tiempo a cuidar su cuerpo, su mente y su alma para intentar vivir en equilibrio y cuidarse por ella y por todos aquellos que la rodean y la necesitan.
Embajadora de Reebok en Argentina, declara que pocas cosas la hacen sentirse más libre que correr y practicar deporte, y que su esposo y su hija, lejos de combatirla, también la acompañan en este estilo de vida y la alientan en cada nuevo desafío.
Mujer empoderada, sensible y decidida, no esconde lo que siente e intenta luchar por todas aquellas mujeres que no tienen voz. Solidaria y comprometida, deja de lado las miradas y las opiniones ajenas para gritarle al mundo que una de las cosas más importantes que nos debemos como sociedad (para ser libres verdaderamente) es emancipar el cuerpo de las mujeres.
Comenzaste tu carrera como modelo. Sos actriz, madre, esposa, conductora de televisión y ahora, ¿runner? En una entrevista dijiste que te gusta correr porque te enamoraste de la sensación de libertad que te genera hacerlo.
La verdad es que lo descubrí por falta de tiempo. Trabajaba muchísimo, necesitaba entrenar pero no podía anotarme en un gimnasio ni dedicarme a nada que me atara a horarios imposibles de cumplir. Y por esa libertad es que justamente empecé a correr. Porque no hace falta nada más que un buen par de zapatillas y ganas de sentirse libre, y para eso no hay tiempo ni lugar que te limite. Podés correr en la montaña, en la ciudad, en la calle. Siempre que tengas el calzado adecuado lo vas a poder hacer. Correr te pone inevitablemente en contacto con el entorno. Correr es estar siempre acompañado de todo lo que te rodea y esa es una de las mejores cosas que tiene: te da la posibilidad de observar, de poner el foco en todo los que nos rodea y muchas veces no vemos. Correr te hace sentir feliz, fuerte, empoderada. Para correr no hay reglas, y esa es unas de las cosas que más me gustan.
El Turco Naim (53), tu marido, ¿te acompaña en tu estilo de vida fitness o se queda mirando mientras vos entrenás?
No, me hacés reír… Te juro que quizás no lo aparenta, pero él es re deportista. Entrena un montón y aparte es surfista desde hace muchos años. Quizás no se conecta tanto con correr, se dedica a otras cosas, pero hace muchísimo deporte. Y Gina (2), nuestra hija, también. Trepa árboles, salta, corre. Gina está llena de energía y por eso vamos a anotarla en un club porque tiene una energía física muy apta para el deporte y no queremos que la desperdicie
¿Qué fue lo primero que sentiste cuando tuviste a Gina en brazos?
De chica siempre supe que iba a ser madre, pero por suerte Gigi llegó en un momento pleno, lleno de amor y con un deseo muy profundo de ser padres por parte de los dos. No sé cómo explicarlo bien, pero te juro que la vi y sentí que tenía un espejo gigante frente a los ojos. ¿Estaré a la altura? ¿Encontraré todas las respuestas que quiero darle? ¿Podré darle todo lo que necesita? Entonces ahí te das cuenta que a partir de ese momento todo lo que hagas va a estar bajo la lupa de su mirada y que tu única responsabilidad es intentar hacer las cosas lo mejor posible para no dañarla. Por eso me ocupo de que su alimentación sea lo más sana posible, que viva en un ambiente familiar donde pueda sentirse en paz y rodeada de amor, que practique deporte y que la imagen que ve de su mamá sea una imagen genuina, sincera y sin dobles discursos.
¿Qué es lo mejor de ser mamá? ¿Y cuál es tu lado B de la maternidad?
Una de las mejores cosas de ser madre es llegar a casa, que Gina venga corriendo y me dé un abrazo lleno de amor. El amor que Gina me da es incomparable. Sus miradas, sus caricias y sus abrazos no tienen precio. Nada malo puede pasarme si cuento con su amor. Somos muy compañeras. Y esa es una de las cosas que más me gustan. El lado B quizás tiene que ver con esto mismo que estamos hablando. Soy una mamá muy intensa, me cuesta delegar, y a veces es complicado conjugar mis necesidades personales y obligaciones con las ganas de estar con ella. Es complicado, pero lo intento.
¿Cómo definirías este momento que estás viviendo?
Creo que nunca en mi vida me sentí tan feliz como ahora. Me siento muy feliz con mi hija, mi marido, mi familia. Profesionalmente también estoy pasando por un momento muy pleno. Con el programa “Resto del mundo” recorro lugares, ciudades, países. Estoy muy feliz con todo lo que me pasa y, sinceramente, me siento mucho más segura que a los veinte. Sé que soy una mujer joven todavía, pero te juro que la fuerza y el empoderamiento que siento hoy no los había sentido nunca en mi vida. Quisiera tener personas a mi lado que ya no están, tengo que entender que así es la vida o, mejor dicho, que el ciclo de la vida es así y hay que aceptarlo. Soy una mujer muy afortunada y estoy agradecida.
¿A qué le tenés miedo?
Después de tener a mi hija uno de mis mayores miedos es que le pase algo a ella. No poder manejarlo, no poder salvarla, no tener el control. Yo estoy a mano conmigo. O sea: tengo mi profesión, mi familia, mi marido, mi casa, mi auto, mi carrera. Soy independiente, hago lo que quiero, soy feliz. Durante muchos años tuve el foco puesto en mí misma, como nos pasa a todos, logré concretar mis sueños. Pero a partir de la llegada de Gina todo cambió. Todo pasa a tener otro valor y otro significado cuando tenés un hijo, y lo único que me importa realmente es que ella esté bien, sana y feliz. Otro de mis miedos es ver las noticias y pensar en manos de quiénes estamos. Quiénes son los líderes que nos manejan y cómo y de qué manera ejercen su poder y su control.
¿Qué le dirías a una mujer que quizás está pasando por un momento complicado y todavía no se anima a ser ni hacer lo que desea?
Le diría que nadie tiene derecho a robarle su felicidad. Que uno tiene derecho a ser feliz y buscar la luz de su propio sol. Que hay que perseguirlo porque nos pertenece. Y que no importa cuales sean las circunstancias, la edad o el dinero que tengas, buscar la felicidad es tu obligación. Y que se escuche. Escuchar esa queja que nos hace ruido en el alma es fundamental, porque ahí está la respuesta. La vida no puede ser tortura, ¿se entiende? En la vida a todos van a pasarnos cosas que no nos hagan felices, pero lo más importante es tener el coraje de correrse de ese lugar. No quedarse anclado en el dolor, y moverse.
Textos. LUCIANA PRODAN. Producción MARITÉ RIZZO. Fotos DIEGO GARCIA.
Maquilló: Agus Guerreiro para Frumboli Estudio. Peinó: Jesy Baez para Vardo con productos @exilinelab. Ropa: Reebok.
Fuente: www.parati.com.ar
Comenzó su carrera en los medios como modelo. Emilia Attias (32) es actriz, madre, esposa, actual conductora del programa “Resto del mundo” que se emite por El Trece y, como si todo eso fuera poco, desde hace unos años dedica gran parte de su tiempo a cuidar su cuerpo, su mente y su alma para intentar vivir en equilibrio y cuidarse por ella y por todos aquellos que la rodean y la necesitan.
Embajadora de Reebok en Argentina, declara que pocas cosas la hacen sentirse más libre que correr y practicar deporte, y que su esposo y su hija, lejos de combatirla, también la acompañan en este estilo de vida y la alientan en cada nuevo desafío.
Mujer empoderada, sensible y decidida, no esconde lo que siente e intenta luchar por todas aquellas mujeres que no tienen voz. Solidaria y comprometida, deja de lado las miradas y las opiniones ajenas para gritarle al mundo que una de las cosas más importantes que nos debemos como sociedad (para ser libres verdaderamente) es emancipar el cuerpo de las mujeres.
Comenzaste tu carrera como modelo. Sos actriz, madre, esposa, conductora de televisión y ahora, ¿runner? En una entrevista dijiste que te gusta correr porque te enamoraste de la sensación de libertad que te genera hacerlo.
La verdad es que lo descubrí por falta de tiempo. Trabajaba muchísimo, necesitaba entrenar pero no podía anotarme en un gimnasio ni dedicarme a nada que me atara a horarios imposibles de cumplir. Y por esa libertad es que justamente empecé a correr. Porque no hace falta nada más que un buen par de zapatillas y ganas de sentirse libre, y para eso no hay tiempo ni lugar que te limite. Podés correr en la montaña, en la ciudad, en la calle. Siempre que tengas el calzado adecuado lo vas a poder hacer. Correr te pone inevitablemente en contacto con el entorno. Correr es estar siempre acompañado de todo lo que te rodea y esa es una de las mejores cosas que tiene: te da la posibilidad de observar, de poner el foco en todo los que nos rodea y muchas veces no vemos. Correr te hace sentir feliz, fuerte, empoderada. Para correr no hay reglas, y esa es unas de las cosas que más me gustan.
El Turco Naim (53), tu marido, ¿te acompaña en tu estilo de vida fitness o se queda mirando mientras vos entrenás?
No, me hacés reír… Te juro que quizás no lo aparenta, pero él es re deportista. Entrena un montón y aparte es surfista desde hace muchos años. Quizás no se conecta tanto con correr, se dedica a otras cosas, pero hace muchísimo deporte. Y Gina (2), nuestra hija, también. Trepa árboles, salta, corre. Gina está llena de energía y por eso vamos a anotarla en un club porque tiene una energía física muy apta para el deporte y no queremos que la desperdicie
¿Qué fue lo primero que sentiste cuando tuviste a Gina en brazos?
De chica siempre supe que iba a ser madre, pero por suerte Gigi llegó en un momento pleno, lleno de amor y con un deseo muy profundo de ser padres por parte de los dos. No sé cómo explicarlo bien, pero te juro que la vi y sentí que tenía un espejo gigante frente a los ojos. ¿Estaré a la altura? ¿Encontraré todas las respuestas que quiero darle? ¿Podré darle todo lo que necesita? Entonces ahí te das cuenta que a partir de ese momento todo lo que hagas va a estar bajo la lupa de su mirada y que tu única responsabilidad es intentar hacer las cosas lo mejor posible para no dañarla. Por eso me ocupo de que su alimentación sea lo más sana posible, que viva en un ambiente familiar donde pueda sentirse en paz y rodeada de amor, que practique deporte y que la imagen que ve de su mamá sea una imagen genuina, sincera y sin dobles discursos.
¿Qué es lo mejor de ser mamá? ¿Y cuál es tu lado B de la maternidad?
Una de las mejores cosas de ser madre es llegar a casa, que Gina venga corriendo y me dé un abrazo lleno de amor. El amor que Gina me da es incomparable. Sus miradas, sus caricias y sus abrazos no tienen precio. Nada malo puede pasarme si cuento con su amor. Somos muy compañeras. Y esa es una de las cosas que más me gustan. El lado B quizás tiene que ver con esto mismo que estamos hablando. Soy una mamá muy intensa, me cuesta delegar, y a veces es complicado conjugar mis necesidades personales y obligaciones con las ganas de estar con ella. Es complicado, pero lo intento.
¿Cómo definirías este momento que estás viviendo?
Creo que nunca en mi vida me sentí tan feliz como ahora. Me siento muy feliz con mi hija, mi marido, mi familia. Profesionalmente también estoy pasando por un momento muy pleno. Con el programa “Resto del mundo” recorro lugares, ciudades, países. Estoy muy feliz con todo lo que me pasa y, sinceramente, me siento mucho más segura que a los veinte. Sé que soy una mujer joven todavía, pero te juro que la fuerza y el empoderamiento que siento hoy no los había sentido nunca en mi vida. Quisiera tener personas a mi lado que ya no están, tengo que entender que así es la vida o, mejor dicho, que el ciclo de la vida es así y hay que aceptarlo. Soy una mujer muy afortunada y estoy agradecida.
¿A qué le tenés miedo?
Después de tener a mi hija uno de mis mayores miedos es que le pase algo a ella. No poder manejarlo, no poder salvarla, no tener el control. Yo estoy a mano conmigo. O sea: tengo mi profesión, mi familia, mi marido, mi casa, mi auto, mi carrera. Soy independiente, hago lo que quiero, soy feliz. Durante muchos años tuve el foco puesto en mí misma, como nos pasa a todos, logré concretar mis sueños. Pero a partir de la llegada de Gina todo cambió. Todo pasa a tener otro valor y otro significado cuando tenés un hijo, y lo único que me importa realmente es que ella esté bien, sana y feliz. Otro de mis miedos es ver las noticias y pensar en manos de quiénes estamos. Quiénes son los líderes que nos manejan y cómo y de qué manera ejercen su poder y su control.
¿Qué le dirías a una mujer que quizás está pasando por un momento complicado y todavía no se anima a ser ni hacer lo que desea?
Le diría que nadie tiene derecho a robarle su felicidad. Que uno tiene derecho a ser feliz y buscar la luz de su propio sol. Que hay que perseguirlo porque nos pertenece. Y que no importa cuales sean las circunstancias, la edad o el dinero que tengas, buscar la felicidad es tu obligación. Y que se escuche. Escuchar esa queja que nos hace ruido en el alma es fundamental, porque ahí está la respuesta. La vida no puede ser tortura, ¿se entiende? En la vida a todos van a pasarnos cosas que no nos hagan felices, pero lo más importante es tener el coraje de correrse de ese lugar. No quedarse anclado en el dolor, y moverse.
Textos. LUCIANA PRODAN. Producción MARITÉ RIZZO. Fotos DIEGO GARCIA.
Maquilló: Agus Guerreiro para Frumboli Estudio. Peinó: Jesy Baez para Vardo con productos @exilinelab. Ropa: Reebok.
Fuente: www.parati.com.ar
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