Crítica: Las crónicas del viento


La patagonia es el escenario para que dos hombres revivan en clave de relato oral las historias que habitan en un territorio que aún guarda sus misterios. Gabriel Corrado, Horacio Fontova y Emilia Attías, entre otros, son parte del primer capítulo de Viento sur.

El unitario producido por Azteka Films trae la belleza de la parte más austral de América y decide oponerla a la brutalidad del hombre. Corrado y Attías tienen papeles inusuales en sus carreras, él como un terrateniente que desprecia a la mujer que no pudo parir a su hijo varón y ella como la esposa de ese marido que le dice "sos de mi propiedad".
Viento sur tiene su capital más fuerte en lo que elige contar. Las voces de Horacio Fontova y Oscar Alegre en un bar perdido del sur introducen las historias de un pasado común. Mitología que los une y que hace que soplen aires bien autóctonos en nuestra tele, entre los fenómenos importados de Avenida Brasil y Escobar, el patrón del mal.
La miniserie, que es una de las ganadoras de los concursos para televisión digital abierta del Ministerio de planificación, revela los enigmas que encierra todavía el sur argentino. Cada paisaje de estepa, oleaje o puesta de sol es explotado al máximo por la producción, mientras se cuenta una trama de venganza que se gesta desde el vientre de la protagonista del primer episodio.
Como en toda la liturgia gauchesca la tragedia terminará cortando tanta pasividad.


Iván Basso – ivan@television.com.ar

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